01 Sep 2018
Tres pura sangre argentinos navegan en Menorca
Fjord III, Joanne y Cippino II, diseñados por German Frers, compiten en la Copa del Rey Repsol - Vela Clásica Menorca. Los tres comparten casco aunque cuentan con pequeñas diferencias

Tres auténticos pura sangre argentinos, hermanos por obra y diseño de German Frers, han trasladado sus legendarios “mach race” al puerto de Mahón para competir en la Copa del Rey Repsol - Vela Clásica Menorca. Fjord III (1947), Joanne (1948) y Cippino II (1949) comparten casco aunque cuentan con pequeñas diferencias como la forma de montar el aparejo o sus acabados. Los tres compiten en categoría Época Bermudiana, reservada a embarcaciones botadas hasta 1950 y con vela triangular.
La historia de esta particular saga comenzó con la botadura en 1947 del Fjord III. La embarcación fue ideada por diseñador argentino German Frers para zanjar una rivalidad histórica entre marineros argentinos y brasileños. Frers diseñó y construyo el Fjord III en su propia casa, alejado de posibles interferencias o espionajes. Un trabajo que terminó de forma anecdótica: a pie de pantalán, en el Club Náutico de San Isidro, Argentina, a 24 horas de emprender su primera travesía. Una genialidad al alcance de pocos que se tradujo en el nacimiento del primer velero pura sangre de Río de la Plata.
Su éxito en regata fue rotundo. Sus líneas, su velocidad y su maniobrabilidad no pasaron desapercibidos para los aficionados a la vela argentina y no fueron pocos los que animaron a Frers a clonar al Fjord III, y así lo hizo hasta en cuatro ocasiones.
Scott Perry, actual armador del Fjord III y vicepresidente de la World Sailing, recuerda que “este barco es el que lanzó a la fama a German Frers”. En años sucesivos, el diseñador argentino replicó su prototipo aunque en sus acabados incluyó pequeñas modificaciones que marcaron la diferencia tanto a nivel visual como en rendimiento y comodidad.
El segundo pura sangre fue el Joanne (1948), el más perecido al prototipo original con aparejo y lineas calcadas pero construido con maderas más pesadas que le dan un aspecto más robusto. Este año ha debutado en el mediterráneo y se muestra competitivo, aunque sus dos hermanos acostumbran a darle poco cuartel en competición.
El Cippino II (1949), la tercera unidad, lleva varias temporadas en el Mediterráneo reclamando los tronos de las principales pruebas del circuito de barcos clásicos. Con el afamado marino argentino Martin Billoch a la cañan, el Cippino II es un habitual en los podios de allí donde va y es el actual defensor del título de campeón de la Copa del Rey Repsol, victoria que consiguió en 2017 con una actuación impecable.
“Tiene una tripulación muy buena”, remarca Perry al referirse al Cippino II. “Navega más rápido gracias a su tripulación porque al final los tres barcos son muy parecidos y eso, la gente que lleva la embarcación, es lo que marca la diferencia”.
En Menorca, al igual que hicieron en Mallorca, los tres barcos hacen gala de una sana rivalidad y una gran amistad. Perry, que por segundo año acude a la Copa del Rey Repsol, asegura que la vela clásica tiene algo “muy particular”. “Estamos navegando en barcos con historia”, dice el armador uruguayo al tiempo que remarca el espíritu de “amistad” que reina en este tipo de pruebas.